Son muchos los que prefieren el vino blanco al tinto porque suelen resultar más suaves. Es una pena porque no es necesario renunciar a ellos si sabes cómo. Las chicas de Lacrima Terrae, las hermanas Alba y Sofía Atienza, saben que es muy posible disfrutar de un vino tinto aunque prefieras los blancos. Tan solo hay que conocer esas referencias que por el tipo de uva resultan más ligeras y frescas para el paladar.

En este vídeo, nos dan sus claves para acertar a la hora de elegir un vino tinto si eres más de blancos. Tienen muy claro que lo primero en lo que hay que fijarse para dar en el clavo está en el tipo de uva. Busca en la etiqueta las variedades: Pinot Noir, Garnacha y Mencía. Si te decantas por las garnachas, fíjate en la denominación de origen, porque hay regiones en las que resulta más fuerte el vino. Cuando apuestes por esta uva, será mejor que sea de las zonas de Navarra o Gredos.

Si prefieres escoger el vino por denominación de origen, las chicas de Lacrima Terrae recomiendan fijarse en tres de ellas fundamentalmente: DO Navarra, DO Bierzo y DO Borgoña, esta última en Francia. En estos territorios, encontrarás vinos tintos que puedes disfrutar mucho si en realidad lo que te gustan son los blancos.

Cuando te toque elegir vino en el restaurante, si todo el mundo prefiere un tinto y tú quieres que te guste, coméntale tus preferencias al camarero o sumiller. Si eres de blancos, lo que buscas es un vino tinto suave, ligero y afrutado. Así aciertas seguro.

Para atinar seguro, también nos recomiendan tres vinos tintos que tienen muchas probabilidades de éxito en tu mesa: Garnacha de Viña Zorzal, Alta Pavina -que es un Pinot Noir-, o Quite de Verónica Ortega -hecho con uva Mencía-.