Este fin de semana he estado con mi familia en Mallorca, una pequeña escapada previa a las vacaciones. Para desconectar completamente del trabajo, he desinstalado de mi móvil la app de Outlook y así alejar la tentación de contestar correos laborales, además de silenciar durante horas los chats de WhatsApp que tenían que ver con la oficina.

En eso mismo estaba pensando ayer, tumbada en la playa, cuando el padre que había sentado detrás de mí tuvo que dejar de jugar con sus tres niños pequeños porque tenía una llamada de trabajo. ¡Parecía uno de esos yuppies de los 80 que tan bien retrató 'Armas de mujer' (Mike Nichols, 1988)! Se pasó una hora colgado del móvil, dando instrucciones a un trabajador, y cuando terminó la llamada se quejaba a su esposa diciendo que "así no se podían recargar las pilas y que iba a volver a casa con el mismo estrés que se había marchado".

Es más fácil decir que se va a desconectar del trabajo en vacaciones que hacerlo de verdad. Muchas empresas exigen al trabajador que permanezcas vinculado al negocio, a pesar de que la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, indica en su artículo 88 que "Los trabajadores y los empleados públicos tendrán derecho a la desconexión digital a fin de garantizar, fuera del tiempo de trabajo legal o convencionalmente establecido, el respeto de su tiempo de descanso, permisos y vacaciones, así como de su intimidad personal y familiar".

Pero ya hay muchos estudios de salud laboral (algunos, incluso, centenarios), que demuestran que el mes de vacaciones al que tiene derecho el trabajador es fundamental para reducir el agotamiento, aumentar la energía y el compromiso, y mejorar la salud y el bienestar general, lo que a su vez se traduce en una productividad mayor y más constante para la empresa.

blanca suárez en perdiendo el norte
Blanca Suárez en ’Perdiendo el norte’.
Distribuidora

La clave es marcharse de la empresa (por vacaciones) dejando el listón alto, estableciendo límites y siendo proactivo: es decir, que aunque te marches a la playa, la empresa te interesa como el que más. No leas mensajes de texto ni correos electrónicos, porque una vez que abres la puerta del trabajo, es casi imposible volver a cerrarla.

Entonces, ¿cómo desconectar del trabajo durante las vacaciones para conseguir todos estos beneficios? Estos cinco consejos te permitirán desconectar y hacerlo de forma profesional (es decir, sin que se enfade tu jefe).

Márchate dejando un plan

En cuanto lleguen los días previos a irse de vacaciones, debes dejarle claro a tu jefe que no estarás disponible en tu tiempo libre, que no cogerás llamadas ni responderás correos pero que, a cambio, vendrás lleno de energía, creatividad, ideas y productividad para el año que viene.

Esta conversación debe incluir un plan para que tu jefe o compañeros cubran tu ausencia. Utiliza un documento de texto en el que se indique, por ejemplo, quién es el contacto de emergencia para cada asunto o quién se asegurará de que se cumplan todos los plazos. Pregunta a tu jefe si necesita algo más de lo que has preparado. Cuanto más colabores con ellos en la preparación de las vacaciones, menos estresados estarán por cómo se quedan las cosas.

Calendario de vacaciones

Aunque hayas solicitado tus días libres en la intranet, es posible que tu jefe y/o compañeros no se acuerden muy bien del período de vacaciones. Así que dos consejos: primero, dos días antes de tus vacaciones, escribe a tu jefe y al resto del equipo un mail que diga desde qué día y hasta qué día (inclusive) estarás de vacaciones.

Y el día que te marches, activa la respuesta automática para que los clientes sepan que no estás disponible, la persona de contacto, y cuándo regresarás. Asegúrate de que la redacción es firme pero profesional. La notificación de ausencia debe indicar que no tendrás acceso al correo electrónico y que no estarás localizable hasta que vuelvas en [X] fecha.

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Courtesy IMDb

Envía avisos previos a las reuniones previstas

La mayor parte de los mails en los que se te invita a reuniones (incluso cuando son permanentes) te permiten dar una explicación de si apruebas o no tu asistencia. Envía e-mails para informar a las personas que han organizado esas reuniones de que no estarás allí y pregúntales si necesitan algo de ti antes de que te marches. Esto demuestra que eres responsable con tus compañeros. Si la reunión se celebra a través de Zoom, Microsoft Teams u otra plataforma de comunicación, pide al responsable que grabe la reunión por si vas a necesitar la información cuando vuelvas.

Envía un último recordatorio

El último día de trabajo, toca mandar el último mail, cordial pero firme. Recuérdales que no estarás disponible y que no responderás a correos electrónicos ni llamadas. Si es necesario, indícales dónde pueden encontrar la información que necesiten y quién estará disponible de entre los clientes durante su ausencia. Este tipo de recordatorio demuestra tu profesionalidad proactiva y tu comprensión de que el negocio continúa mientras tú no estás. También ayudará a reducir los problemas pendientes que tendrás que resolver a tu regreso.